Hace un tiempo atrás escribí este artículo en otro blog acerca del problema que era decir o afirmar, que el Espíritu Santo era el mismo Cristo y/ó que era distinto a nosotros cuando vino a la Tierra, bien ahora lo publicaré en mi blog por 2 razones, en primer lugar, por que en Chile ya estoy empezando a escuchar esta doctrina inmunda, y en segundo lugar por lo que mi hermano
Alas97, publicó hace unos días de como esta mentira se está colando en la literatura adventista sin que nada se haga al respecto. Esta es una redición de dicho artículo, que escribiré en 2 partes.
El tal libro quizás mucho de ustedes lo compraron pensando que sería una bendición para sus hogares, este se llama Matutina "EL MANTO DE SU JUSTICIA" de Eloy Wade.
En la página 112, día 18 de Abril dice:
Uno de los puntos que en forma personal me ha llamado la atención del mensaje del tercer ángel, predicado en 1888 por los pastores Waggoner y Jones, es sobre la naturaleza de Jesucristo. En el libro de Waggoner,"Las buenas nuevas en Gálatas" p.60-62 declara:
"Cristo tomó sobre sí mismo la naturaleza del hombre, y como consecuencia estuvo sujeto a la muerte. Vino al mundo a fin de morir; y así desde el principio de su vida en esta tierra estuvo en la misma condición en la que están los hombres a quienes vino a salvar...
No retroceda horrorizado; no estoy implicando que Cristo fuera un pecador. Una de las cosas que más ánimo proporcionan en la Biblia es la constatación de que Cristo tomó sobre sí la naturaleza del hombre, el saber que sus antecesores según la carne fueron pecadores. Tuvieron todas nuestras pasiones y debilidades. Ningún hombre tiene el menor derecho a excusar sus actos pecaminosos en razón de la herencia. Si Cristo no hubiese sido hecho en todas las cosas como sus hermanos, entonces su vida impecable no habría significado aliento alguno para nosotros. La podemos mirar con admiración, pero sería la admiración que lleva a la desesperación...
Desde su más temprana infancia la cruz estuvo siempre ante Él"
.
Esto quiere decir que si Cristo no hubiese llevado sobre sí la naturaleza humana caída, no me hubiese servido de nada conocerle, pues Él no me comprendería en mi sufrimiento y mi pelea con el pecado. Cuan menos hubiese sido mi ejemplo a seguir, puesto que tenía una enorme ventaja sobre mi, hombre pecador con carne pecaminosa.
Pero, toda la gloria sea al Hijo de Dios que así como nosotros somos en este mundo, así también Él fue:
Porque no tenemos un Sumo Sacerdote incapaz de simpatizar con nuestras debilidades; sino al contrario, fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Hebreos 4:15
"Pero muchos dicen que Jesús no era como nosotros, que no era como nosotros en el mundo, que él era divino, y que nosotros no podemos vencer como él venció. Pero eso no es cierto; ‘Porque de cierto, no vino para ayudar a los ángeles, sino a los descendientes de Abrahán... Y como él mismo padeció al ser tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados’. Cristo conoce las pruebas de los pecadores; conoce sus tentaciones. Tomó sobre sí mismo nuestra naturaleza... las tentaciones más fuertes [del cristiano] vendrán del interior, dado que tiene que batallar contra las inclinaciones del corazón natural. El Señor conoce nuestras debilidades... Cada lucha contra el pecado, cada esfuerzo por conformarse a la ley de Dios, es Cristo obrando mediante sus agencias señaladas en el corazón humano. ¡Oh, si pudiéramos comprender lo que Cristo es para nosotros!" (Ellen White, Christ Tempted As We Are, p. 3, 4, 11; 1894).
"Habría sido una humillación casi infinita para el Hijo de Dios revestirse de la naturaleza humana, aun cuando Adán poseía la inocencia del Edén. Pero Jesús aceptó la humanidad cuando la especie se hallaba debilitada por cuatro mil años de pecado. Como cualquier hijo de Adán, aceptó los efectos de la gran ley de la herencia. Y la historia de sus antepasados terrenales
demuestra cuáles eran aquellos efectos. Mas él vino con una herencia tal para compartir nuestras penas y tentaciones, y darnos un ejemplo de una vida sin pecado"
(DTG 32).
"[Cristo] tomó sobre su naturaleza impecable nuestra naturaleza pecaminosa, a fin de que pudiera saber cómo socorrer a los que son tentados" (Medical Ministry, p. 181).
Es así como nuestro grandioso Salvador vino a nuestro mundo, sin ninguna ayuda más que la que nosotros tenemos en la actualidad. El Deseado de todas las gentes declara:
Cuando Jesús fue despertado para hacer frente a la tempestad, se hallaba en perfecta paz. No había en sus palabras ni en su mirada el menor vestigio de temor, porque no había temor en su corazón. Pero él no confiaba en la posesión de la omnipotencia. No era en calidad de "dueño de la tierra, del mar y del cielo" cómo descansaba en paz. Había depuesto ese poder, y aseveraba: "No puedo yo de mí mismo hacer nada.'(S. Juan 5: 30.) Jesús confiaba en el poder del Padre; descansaba en la fe--- la fe en el amor y cuidado de Dios,--- y el poder de aquella palabra que calmó la tempestad era el poder de Dios. DTG 303
Ahora si Jesús vino en la calidad de un humano, es muy común que te puedas preguntar como es que Él hizo los milagros, y lo más importante es como pudo vencer el pecado.
La respuesta está en, el santuario, especificamente en la profecia de las 2300 tardes y mañanas, en Daniel 9:25:
"Conoce, pues, y entiende que desde que salga la orden para restaurar y reedificar a Jerusalén hasta el
Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y 62 semanas. La plaza y la muralla se reedificarán en tiempos angustiosos.
La palabra Mesías en hebreo es su igualdadad a Cristo en griego que quiere decir Ungido. Está profecia se cumplió en el año 27 D.C. cuando Jesús fue Bautizado por Juan el Bautista.
Pero ¿Con que fué ungido Jesús?
En el antiguo testamento, cuando una persona tenía que cumplir con una obligación importante, ya sea como profeta, rey o sacerdote, debía ser ungido con aceite. Este aceite representa al Espíritu Santo según Hechos 10:38:
"Acerca de Jesús de Nazaret, a quien Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder, y que pasó haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él."
Isaias lo había predicho ya:
-"
Y reposará sobre él el Espíritu del Eterno. Espíritu de sabiduría y de inteligencia, Espíritu de consejo y de poder, Espíritu de conocimiento y de reverencia del Eterno." Isaias 11:2
-"Aquí está mi Siervo, a quien sostendré. Mi Elegido, en quien me deleito.
He puesto mi Espíritu sobre él, y él traerá justicia a las naciones." Isaias 42:1
-"
El Espíritu del Señor, el Eterno, está sobre mí, porque
me ungió para predicar buenas nuevas a los pobres. Me envió a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos abertura de la cárcel.
A proclamar el año de la buena voluntad del Eterno, y el día de venganza de nuestro Dios, a consolar a todos los enlutados; a ordenar a los afligidos de Sión, gloria en lugar de ceniza, perfume de gozo en lugar del luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado. Y serán llamados árboles de justicia, plantío del Eterno, para gloria suya." Isaias 61:1-3
Todo lo que Cristo hizo, fue por el poder del Espíritu Santo:
a. Jesus fue guiado por el Espíritu:
-Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado del diablo. Mateo 4:1
-En seguida el Espíritu lo impulsó al desierto. Marcos 1:12
-Lleno del Espíritu Santo, Jesús volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto. Lucas 4:1
¿Por qué fue llevado Cristo, en el comienzo de su ministerio, para ser tentado en el desierto?
Fue el Espíritu el que lo llevó. Por lo tanto, fue no porque lo necesitara personalmente, sino en nuestro favor, para vencer por nosotros... Iba a ser probado como representante de la raza humana. Iba a hacer frente al enemigo en un encuentro personal, para vencer a aquel que pretendía ser cabeza de los reinos del mundo (Carta 159,1903).
b. Jesús resistió las tentaciones por el Espíritu Santo:
-"La humanidad de Cristo estaba unida con la divinidad. Fué hecho idóneo para el
conflicto mediante la
permanencia del Espíritu Santo en él." White, DTG 98-99.
-[Cristo] "diariamente recibía un nuevo bautismo del Espíritu Santo." White, PVGM 105.
c. Jesús hizo milagros con el poder del Espíritu Santo:
-Y Jesús volvió a Galilea lleno del poder del Espíritu, y su fama se difundió por toda la región. Lucas 4:14
-"Pero si yo echo los demonios por el Espíritu de Dios, entonces ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros." Mateo 12:28
d. Jesús recibió fuerzas para soportar la cruz mediante el Espíritu Santo:
-¡mucho más la sangre de Cristo, quien por el Espíritu Eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, purificará vuestra conciencia de las obras que llevan a la muerte, para que sirváis al Dios vivo! Hebreos 9:14
Y hermano ese mismo poder está a las puestas esperándote:
"Cristo ha dado su Espíritu como poder divino para vencer todas las tendencias hacia
el mal, hereditarias y cultivadas, y para grabar su propio carácter en su iglesia." White,
DTG 625.
"La vida del cristiano no es una modificación o mejora de la antigua, sino una
transformación de la naturaleza. Se produce la muerte al yo y al pecado, y una vida
enteramente nueva. Este cambio puede ser efectuado únicamente por la obra eficaz del
Espíritu Santo." White, DTG 143.
"Por la intervención del Espíritu Santo, Dios se propone que su imagen sea restaurada en la humanidad y un nuevo y viviente principio de vida sea introducido en las mentes contaminadas por el pecado." White, TM 378.
"Mediante el poder del Espíritu Santo se ha de perfeccionar en el carácter la imagen
moral de Dios. Debemos ser totalmente transformados a la semejanza de Cristo." White,
TM 506.
Si el Espíritu Santo es el mismo Cristo o una influencia o un atributo de Cristo, destruiría por completo este hermoso mensaje, puesto que es algo que Cristo
tenía a su favor para vencer el pecado y todo lo que logro, lo hizo con
su propio poder, puesto que este "poder " le pertenece y ahí se diferenciaba con el resto de la raza humana.
No podría haber sido nuestro pariente más cercano como se declara en Levíticos 25:24-28, 47-49 por ende, no podría habernos redimido del reino del pecado.
"Por eso, ¡alegraos, cielos, y los que habitáis en ellos! ¡Ay de la tierra y el mar! Porque
el diablo ha descendido a vosotros, con gran furor,
al saber que le queda poco tiempo". Apoc. 12:12
Hermano mio, Satanas está obrando con toda su astucia, el también estudia las profecías y sabe que le queda muy poco tiempo, sabe que el pueblo que tiene que predicar el mensaje del ángel de apocalipsis 18 tiene que venir, y hará todo lo posible para que aquellos que están en el pueblo sean engañados.
Este ya es el último recurso de Satanas para destruir el mensaje de 1888, pero Cristo aun así mantendrá este mensaje firme en el tiempo, para preparar al pueblo que le esperará en su gloriosa venida.
Ya sabemos que estamos en el último tiempo, que falta muy poco para que Cristo venga y los jesuítas se quieren infiltrar a nuestra Iglesia con sus doctrinas de demonios. ¿Que nos dice la biblia acerca de esto?:
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios:
Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que
no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.1 Juan 4:1-3
Ahora te preguntarás ¿que tiene que ver el anticirsto, mejor conocido como el papado, en este error? Leamos lo que nos dice el pastor Jones:
"En estos días de general aceptación del catolicismo por parte de los ‘protestantes’, deberíamos conocer por nosotros mismos la doctrina de Cristo y las consecuencias en aquellos que aceptan el dogma [de la inmaculada concepción de María].
He aquí algunas declaraciones de padres y santos católicos: ‘[María era] muy diferente del resto del género humano, le fue comunicada la naturaleza humana, pero no el pecado’. ‘Fue creada en una condición más sublime y gloriosa que toda otra naturaleza’. Lo anterior sitúa la naturaleza de María infinitamente más allá de toda semejanza real, o relación con la raza humana. En palabras del cardenal Gibbons: ‘Afirmamos que la segunda persona de la bendita Trinidad, el Verbo de Dios, quien es en su naturaleza divina, desde la eternidad, engendrado del Padre, consubstancial con él, venido el cumplimiento del tiempo, fue nuevamente engendrado al nacer de la virgen, tomando así para sí mismo, de la matriz materna, una naturaleza humana de la misma sustancia que la de ella’.
Inevitablemente, en su naturaleza humana, el Señor Jesús resulta ser ‘muy diferente’ de la raza humana, infinitamente más allá de toda semejanza real, o relación con nosotros en este mundo. Pero la verdad es que el Señor Jesús en su naturaleza humana tomó nuestra carne y sangre tal cual las conocemos, con todas sus enfermedades. Será bueno conocer verdaderamente cuán cercano está.
Jesús, a fin de poder devolver al hombre a la gloria de Dios, en su amor, se rebajó hasta ahí mismo, compartió su naturaleza tal como ésta es, sufrió con él y hasta incluso murió con él, tanto como por él, en la naturaleza humana pecaminosa que es común a los hombres. ‘Fue contado con los perversos’. Eso es amor. Viene a nosotros allí donde nos encontramos, a fin de poder elevarnos desde nosotros mismos hasta Dios. ‘Por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo’ (Heb. 2:14).
Encontramos en esta sola frase todas las palabras que cabe emplear, a fin de hacerlo claro y positivo. Lejos de ser cierto que Jesús, en su naturaleza humana, esté tan alejado que no tenga semejanza alguna ni relación con nosotros, es cierto lo contrario: es nuestro pariente más cercano en la carne y sangre. Esta gran verdad de la relación de sangre entre nuestro Redentor y nosotros está claramente presentada en el evangelio, en Levítico. Cuando alguien había perdido su herencia, el derecho de rescate recaía sobre su pariente de sangre más próximo. No simplemente sobre uno que estuviera próximo, sino sobre el más próximo (Lev. 25:24-28; Rut 2:20; 3:12 y 13; 4:1-12). Por consiguiente Cristo tomó nuestra misma carne y sangre, y se hizo así nuestro pariente más próximo. Es el más próximo a nosotros de entre todas las personas del universo.
Eso es cristianismo. Negar que Jesucristo vino, no simplemente en carne, sino en la carne, la única carne que en el mundo existe, carne pecaminosa; negar eso es negar a Cristo. ‘Porque muchos engañadores son entrados en el mundo, los cuales no confiesan que Jesucristo ha venido en carne’. Confiésale a Él tus pecados: nunca abusará de tu confianza. Dile tus pesares. Llevó ‘nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores’, es ‘varón de dolores, experimentado en quebranto’. Te consolará con el consuelo de Dios" (Jones, The Immaculate Conception of the Virgin Mary, 1894, selección).
"Si no hubiese sido hecho de la misma carne que aquellos a quienes vino a redimir, entonces no sirve absolutamente de nada el que se hiciese carne. Más aún: Puesto que la única carne que hay en este vasto mundo que vino a redimir, es esta pobre, pecaminosa y perdida carne humana que posee todo hombre, si esa no es la carne de la que fue hecho, entonces no vino realmente jamás al mundo que necesita ser redimido. Si vino en una naturaleza humana diferente a la que existe en este mundo, entonces, a pesar de haber venido, para todo fin práctico de alcanzar y auxiliar al hombre, estuvo tan lejos de él como si nunca hubiera venido...
La fe de Roma en relación con la naturaleza de Cristo y de María, y también de nuestra naturaleza, parte de esa noción de la mente natural según la cual Dios es demasiado puro y santo como para morar con nosotros y en nosotros, en nuestra naturaleza humana pecaminosa: tan pecaminosos como somos, estamos demasiado distantes de él en su pureza y santidad, demasiado distantes como para que él pueda venir a nosotros tal como somos.
La verdadera fe –la fe de Jesús– es que, alejados de Dios como estamos en nuestra pecaminosidad, en nuestra naturaleza humana que él tomó, vino a nosotros justamente allí donde estamos; que, infinitamente puro y santo como es él, y pecaminosos, degradados y perdidos como estamos nosotros, Dios, en Cristo, a través de su Espíritu Santo, quiere voluntariamente morar con nosotros y en nosotros para salvarnos, para purificarnos, y para hacernos santos.
La fe de Roma es que debemos necesariamente ser puros y santos a fin de que Dios pueda morar con nosotros.
La fe de Jesús es que Dios debe necesariamente morar con nosotros, y en nosotros, a fin de que podamos ser puros y santos" (Jones, El Camino consagrado a la perfección cristiana, p. 26, 29 y 30).
Ahora, ¿Ven lo importante de declarar que Jesús no era igual a nosotros? Si declaramos eso, estamos de parte del Anticristo, aceptando un evangelio diferente al presentado en la biblia, el cual es Anatema, ese falso manto de justicia es con el cúal te quieren vestir, para que te pierdas, para que no despiertes y prepares tu vida para lo que está pronto a venir. A pesar de todo, la Iglesia Adventista del Séptimo Día no caerá, Jesús no permitirá que su pueblo se pierda, el zarandeo es ahora mi hermano, si no estudias tu biblia y no vas al Padre directamente a consultar, si no que dejas que otro estudien por tí, estarás dejando tu salvación de lado.
Si por esta noticia te sientes triste,dejame decirte que estaba profetizado, hijo de Dios, levantate y vistete con la armadura de Dios, la batalla final se aproxima.
Puede parecer que la iglesia está por caer, pero no caerá. Ella permanece en pie, mientras los pecadores que hay en Sión son tamizados, mientras la paja es separada del trigo precioso. Es una prueba terrible, y sin embargo tiene que ocurrir.-2MS 436 (1886). 185
Esto no queda aquí continuaré peleando esta guerra espiritual, y como un centinela que el Señor me ha puesto seguiré tocando la trompeta y clamando contra las tretas del enemigo.
En el proximo post veremos quienes serán los que esten vivos cuando el Señor venga.
Mantengamonos firmes en la verdad, es mi deseo y oración.
Dios les bendiga.
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