sábado, 29 de agosto de 2009

Buena acogida de la "Caritas in Veritate" entre los protestantes evangélicos


WASHINGTON, viernes 28 de agosto de 2009 (ZENIT.org).- Cincuenta y seis personalidades del mundo protestante evangélico estadounidense, entre profesores universitarios, editores de prensa y representantes de diversas instituciones firmaban, el pasado 27 de julio, un mensaje de apoyo a la última encíclica del Papa Benedicto XVI, Caritas in Veritate.

En esta declaración, titulada Doing the Truth in Love (Haciendo la Verdad en el Amor), a la que ZENIT ha podido tener acceso, los firmantes "aplauden" el texto y piden "a los cristianos de todas partes, y especialmente a nuestros miembros evangélicos en el Norte global", que la lean y se sensibilicen con ella.

Además, apelan a todos los cristianos a un "serio diálogo" sobre las propuestas de la encíclica.

Los firmantes felicitan especialmente "la forma en que esta encíclica considera el desarrollo económico en términos de la trayectoria del verdadero florecimiento humano".

Coinciden en pedir con ella "una nueva visión del desarrollo que reconozca la dignidad de la vida humana en su plenitud, lo que supone la "preocupación por la vida desde la concepción hasta la muerte natural, por la libertad religiosa, por el alivio de la pobreza, y por el cuidado de la creación".

Particularmente, muestran su acuerdo con el concepto de "desarrollo humano integral" y su visión del fenómeno de la globalización.

"Afirmamos con esta encíclica que la globalización debe convertirse en un proceso de integración centrado en la persona y orientado a la comunidad", señala el texto.

También aprecian que la Caritas in Veritate no entre en un análisis simplificador de la polarización entre el libre mercado y la excesiva intervención estatal, sino que encuadre la economía dentro de las relaciones humanas y, por lo tambo, sujeta a normas morales.

"La vida económica no es amoral o autónoma. Las instituciones económicas, incluyendo los propios mercados, deben estar marcados por relaciones internas de solidaridad y confianza".

Apoyan además el "énfasis de la Caritas in Veritate en la empresa social, es decir, en el esfuerzo del negocio guiado por un principio mutualista que trasciende la dicotomía del beneficio sí, beneficio no".

"En términos más generales, instamos a los evangélicos a considerar la invitación del Papa Benedicto XVI de reflexionar sobre quiénes deben ser considerados agentes empresariales y sobre el significado moral de la inversión".

Sin embargo, echan en falta en la encíclica "una crítica más fuerte hacia la elevación de dinero a un estado de idolatría y el predominio actual resultante de los mercados financieros sobre otros elementos de la economía mundial".

Por último, apoyan la preocupación de la encíclica por la decadencia de los sistemas de seguridad social, por el cada vez menor poder de los sindicatos y por la presión de una movilidad laboral socialmente destructiva.

También coinciden en el temor ante el "crecimiento de un Estado de bienestar arrogante, que degrada el pluralismo social y cívico. Por tanto, estamos de acuerdo en que la subsidiariedad y la solidaridad deben ir juntas, como propone la Caritas in Veritate". No "más Estado" sino "mejor Estado".

"Con la Caritas in Veritate, nos comprometemos a no ser víctimas de la globalización, sino sus protagonistas, trabajando por la solidaridad global, la justicia económica y el bien común, como normas que trascienden y transforman los motivos del beneficio económico y del progreso tecnológico", concluye el mensaje.

http://www.zenit.org/article-32261?l=spanish

Esto nos deja ver muy claro como el mundo evangélico está extendiendo su mano a la bestia, a traves de los puntos en común, o mejor dicho "el bien común", esta famosa frase va a seguir apareciendo día a día en todo lo que diga el Papa.
Ademas se da el enfasis al poder de los sindicatos, esto por un lado es bueno, pues tal como fue predicho, serán los sindicatos los que empiezen a formar el nuevo orden mundial, siendo utilizados como marionetas.

Satanás trabaja laboriosamente en nuestra ciudades populosas. El resultado de su trabajo se advierte en la confusión reinante, en las luchas y las discordias entre las fuerzas trabajadoras y el capital, y en la hipocresía que ha entrado en las iglesias. Con el fin de lograr su propósito de que los hombres no tengan tiempo para meditar, Satanás los mantiene ocupados en la búsqueda de la alegría y el placer, y dedicados a beber y comer. Los llena de ambición por llevar a cabo empresas que exalten su propia personalidad. El mundo se está aproximando paso a paso a la 24 condición que existía en los días de Noé. Se perpetran todos los crímenes imaginables. Los instrumentos satánicos desempeñan su parte en la estimulación de la concupiscencia de la carne, los deseos de los ojos, la manifestación de egoísmo, la extralimitación en el poder, la crueldad y la fuerza empleadas para unir a los hombres en confederaciones y sindicatos, disponiéndolos en atados para el terrible fuego de los últimos días. Los hombres llaman "vida" a esta sucesión de crímenes y locuras...
El mundo, que actúa como si no hubiera Dios, absorto en propósitos egoístas, experimentará pronto una súbita destrucción, y no escapará. Muchos continúan en una complacencia descuidada del yo hasta que llegan a estar tan disgustados con la vida que terminan con su existencia. Bailando y parrandeando, bebiendo y fumando, complaciendo sus pasiones animales, marchan como bueyes al matadero. Satanás está trabajando con todo su arte y encantos para mantener a los hombres marchando a ciegas, hasta que el Señor se levante de su lugar para castigar a los habitantes de la tierra por sus iniquidades, cuando la tierra devolverá su sangre y no cubrirá más sus muertos. El mundo entero parece empeñado en la marcha de la muerte (Manuscrito 139, 1903).


Las uniones laborales constituirán una de las agencias que traerán sobre esta tierra un tiempo de angustia como nunca ha habido desde que el mundo fue creado...

Unos pocos hombres se unirán para apoderarse de todos los medios que puedan obtenerse en ciertas líneas de negocio. Se formarán gremios de obreros y los que rehusen unirse a ellos serán hombres marcados...

A causa de estas uniones y confederaciones, muy pronto será muy difícil para nuestras instituciones llevar a cabo su obra en las ciudades. Mi advertencia es: Salid de las ciudades. No edifiquéis sanatorios en las ciudades.-2MS 162 (1903).

Se aproxima rápidamente el tiempo cuando el poder controlador de las uniones laborales será muy opresivo. -2MS 161 (1904).

Poco a poco los sindicatos irán ganando poder, gracias a la sociedad y al mundo religioso, de esta manera, se exigirá que el trabajo que los dueños de las empresas han asignado, es excesivo y que es necesario el descanso obligatorio del día Domingo.
Estemos muy atentos a lo que el mundo diga respecto a esta enciclica, pues está jugando un papel fundamental.

Dios les bendiga

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